viernes, diciembre 02, 2011

Zizu

1
La recuerdo y un calor helado recorre mi cuerpo. Saber que estoy estúpidamente condenado a vivir con ella por el resto de mi existencia me provoca unas terribles ansias de sacar el revólver del cajón y pegarme un tiro en la cabeza para terminar de una vez por todas con esta vida de mierda; pero no puedo, solo me queda esperar. Sí, esperar a que la vida me premie con el mejor regalo que puedo recibir: su muerte. Pero no vayan a pensar que estoy loco o que soy un psicópata, si estuvieran en mis zapatos me comprenderían. Todo empezó aquel día…

2
Era una cálida mañana de agosto, me levanté tan temprano como siempre para salir a trabajar; tomé un baño, me vestí y me dispuse a desayunar. Una humeante taza de delicioso té verde me daba la bienvenida al comedor, y ella con una sonrisa y con el sol en su rostro hacía brillar mi día, Akemi, mi Akemi; teníamos poco más de nueve años de casados, el nuestro a diferencia de la mayoría, sí era un feliz matrimonio. Hablábamos mientras disfrutábamos el arroz,  el daikon, el tofu y el pescado, todo conformando una exquisita mezcla de sabores; era un placer compartir ese momento del día con ella y con nuestros hijos, ¡una verdadera bendición pasar la vida a su lado! Teníamos unos gemelos hermosos, los traigo a mi memoria y aún me es posible escuchar sus risas llenando la casa, oír sus pasos yendo de un lado a otro jugando con “Zizu”, un angora turco de siete años que había llegado a formar parte de la  familia el mismo día en que nacieron nuestros hijos la fresca tarde de aquel veintiocho de noviembre.
Dos días después del parto llegamos a casa con los bebés, no podíamos estar más felices, ¡desbordábamos alegría! Aquella vez, mientras caminaba por el pasillo que da a la recámara principal algo me distrajo, era una pequeña bolita blanca que daba saltitos, fui hacia ella y descubrí a “Zizu”, ¡era todo ternura! Aunque mi esposa y yo adorábamos los gatos no habíamos tenido ninguno en casa por falta de tiempo para atenderlo pues los dos pasábamos el día fuera por las múltiples ocupaciones de cada uno, pero ahora con los nenes Akemi  ya no trabajaría, así que había tiempo de sobra para compartir nuestra felicidad con un gatito. Investigamos si se había escapado de alguna casa vecina pero no hubo resultado, como si él hubiera decidido llegar a vivir a nuestro hogar, lo llevamos a vacunar y lo acogimos con cariño como un miembro más de la familia.  Fue creciendo al mismo tiempo que Hikaru y Kouki, nuestros hermosos hijos.
Todo transcurría con normalidad, hasta aquella madrugada…
Eran casi las tres, mi esposa y yo dormíamos plácidamente cuando nuestro sueño fue interrumpido por el llanto de uno de los gemelos, Akemi quiso ir a ver qué le pasaba al niño pero no permití que la calidez de su cuerpo entre las cobijas desapareciera, le pedí que se quedara en la cama y me levanté para ir a la recámara de los nenes. Llegué ahí y abrí la puerta, al entrar vi a Kouki llorando asustado hecho bolita en un rincón, decía algo entre sollozos, no logré entenderlo, esperé a que se calmara mientras lo abrazaba; la cortina azul con balones estampados en la ventana ondeaba con la brisa fresca de aquel diciembre  —¿a quién se le había ocurrido dejarla abierta?— Me separé por un momento de su cuerpecito tembloroso para ir a cerrarla... regresé con Kouki que ya estaba más calmado y logró decirme al fin qué le había provocado tal sobresalto, aún con las limitaciones propias del lenguaje de un niño de poco más de dos años pudo decirme algo como:“—Zii… Zuu… Ichi…—.” Eché un vistazo a la habitación y no vi por ninguna parte a nuestro gato, mientras Hikaru dormía en su camita ajeno a lo que había pasado… Seguí abrazándolo hasta que el sueño lo venció, lo acomodé en su lecho y lo arropé con cariño, se quedó tranquilo.  Corroboré que las ventanas estuvieran cerradas y regresé a mi recámara.  Mi esposa dormía como un bebé…
¡Quién hubiera imaginado que alguien como ella podría cambiar tanto! ¡Lo que diera hoy porque Akemi fuera como antes!
Habían pasado cuatro años, nuestra vida siguió su curso normal después de ese curioso episodio con el niño. Yo tenía un muy buen trabajo, una adorable esposa, dos encantadores hijos, una linda casa y una tierna mascota, teníamos un hogar de ensueño, una hermosa familia, ¿qué más podíamos pedir? Todo salía a pedir de boca hasta que algo rompió la armonía cotidiana.  A media mañana mi esposa recibió una llamada del colegio de los niños, la profesora le explicó a Akemi que Kouki se había puesto mal, se asustó mucho y me llamó en cuanto terminó de atender la llamada. Se adelantarían para no perder tiempo valioso.
Cuando llegué al hospital encontré a mi esposa desesperada caminando de un extremo a otro del pasillo, su angelical rostro se había tornado pálido, tenso y reflejaba preocupación, era como un cachorrito asustado buscando a su mamá, no pude menos que abrazarla, decirle palabras de aliento y regalarle un tierno beso en la mejilla, alguien tenía que ser fuerte. Luego el médico nos explicó que la situación de nuestro pequeño era muy delicada, pues los síntomas que presentaba no correspondían a nada similar que hubieran atendido antes en ese lugar, lo cual era aún más preocupante. Fueron días de mucha tensión, el ambiente estaba enrarecido, Hikaru se sentía abandonado por nosotros y echaba de menos a su hermanito, Akemi tenía ya una semana en el hospital acompañando a Kouki, que no mostraba mejoría, cada día se notaba más decaído, tenía dificultad para respirar, casi no podía hablar, había perdido el tono rosado de su piel y sus ojitos parecían ver desde un profundo abismo (cuando todavía podía abrirlos), sin duda el cuarto doscientos dieciocho sería su hogar por varios días más; mientras los médicos seguían sin encontrar explicación a su mal. Ni los mejores profesionales de la Medicina en todo el país fueron capaces de identificar la razón del padecimiento de mi hijo, pasaría lo inevitable… solo quedaba esperar.
Los días pasaron sin novedad positiva, cada uno era copia fiel del anterior, Kouki estaba igual de decaído, mi esposa se veía mal física y psicológicamente, yo estaba apático en el trabajo y no faltaba mucho para que me exigieran la renuncia, nuestro hijo Hikaru llevaba casi todo ese mes al cuidado de su abuela materna, y sabíamos que nos extrañaba igual que nosotros a él… Fue muy difícil que comprendiera lo que le pasaba a su hermanito, estaban más que unidos por la sangre, eran uno solo, pero encontraba un poquito de consuelo en Zizu y sus arrumacos.   Hasta que un buen día se presentó en el hospital un médico que venía de América, específicamente de aquel país llamado Canadá; nos dijo que podía identificar lo que nuestro Kouki tenía, y ese mismo día empezó con las pruebas, le realizaron análisis exhaustivos y urgentes —confieso que al principio Akemi se negó a que sometieran al niño, pero luego pude convencerla de que era por su bien, para que regresara a ser el niño feliz que antes era, y terminó cediendo ante la esperanza de que lo que yo le decía pudiera convertirse en realidad.
Dos días después el galeno canadiense fue al frío cuarto doscientos dieciocho a comunicarnos los resultados, se le veía compungido y preocupado, entonces para no hacer más tenso el momento en un perfecto japonés nos dijo: “—Lo que su hijo tiene es un raro padecimiento causado por una especie de virus mortal recientemente descubierto en Occidente — continuó— el cual provoca todos los signos y síntomas que presenta Kouki, acaba con el tejido de los órganos internos, daña irremediablemente el cerebro y terminará muy pronto con la vida del niño; normalmente destruye el cuerpo en el que se aloja en menos de seis semanas.”
Mi esposa rompió en llanto, yo no pude contener la tristeza y sentí la tibieza en mis mejillas, el nudo en mi garganta no quería desaparecer. ¡Maldita sea! ¿Por qué a él?... Los dos volteamos hacia la cama a ver a nuestro hijo, se estaba yendo, era como si solo le quedara un respiro ahogado; ver su cuerpecito invadido por tubos y agujas, su cabello extinto y no escuchar su vocecita tierna era algo muy fuerte para nosotros.  Tomé fuerza no sé de dónde, aclaré mi garganta y pregunté al médico cómo había sido posible que Kouki hubiera contraído ese virus, sin sospechar lo terrible que sería lo que vendría después… A lo que él respondió: “ —Fue provocado por la mordida de un gato infectado, lo cual diseminó el virus por todo el torrente sanguíneo—”  Mi esposa dejó por un momento el llanto ante la sorpresa de lo que acabábamos de escuchar. ¡No lo podíamos creer! ¡Había sido Zizu el causante del deterioro de nuestro hijo! Parecía descabellado, y más aún si tomamos en cuenta que el gato nunca mostró signos de enfermedad (luego sabríamos que en los animales no se manifestaba, solo estaba latente)… ¡Claro! Había ocurrido aquella madrugada… Fui un tonto al no poner atención cuando el niño mencionó al gato, ¿pero dónde lo había mordido? No tenía rastro visible de heridas. El médico nos informó que había sido en el piecito izquierdo. No podía soportar más, salí corriendo de ahí y conduje mi auto hacia la casa de mi suegra; minutos después me encontraba en la sala de estar, Kouki corrió a recibirme con un abrazo y la alegría se reflejó en su rostro al verme, aparté al niño como pude, no era momento para muestras de cariño, mi suegra apareció de pronto por el pasillo que conducía al patio trasero, tenía puesto un mandil y guantes de jardinería, se sorprendió al verme, preguntó si había pasado algo, no respondí, se quitó los guantes y fue a abrazar al niño que lloraba ante mi indiferencia.  A zancadas recorrí casi toda la casa buscando a Zizu, no escuchaba sus maullidos ni estaba en su cajón de arena, ¡era como si el maldito supiera que estaba buscándolo! Sé que los animales no son conscientes, pero de alguna forma tenía que descargar mi dolor… ¿y qué mejor que con el culpable?
Lo llamé con voz melosa y de repente lo vi entrar, ahí estaba, no había duda de su belleza ni de su ternura, pero ahora lo veía como el peor demonio que jamás hubiera existido.  Sentí mi corazón acelerarse, mi respiración estaba agitada y una sonrisa malévola se dibujó en mi rostro al verlo venir hacia mí; fue un placer tenerlo en mi poder, lo tomé y me dirigí hacia la cocina, agarré un o'hitsu (recipiente de madera) porque fue lo primero que vi, puse al animal sobre una mesita, lo oprimí fuertemente con mi brazo izquierdo y con el o'hitsu empecé a golpearle la cabeza, ¡quería matarlo de una vez! Al principio no se estaba quieto, pero conforme lo golpeaba perdió su voluntad. Disfruté mucho ver correr su sangre sobre el blanco pelaje, sus maullidos ahogados eran un placer para mis oídos, le destrocé la cara, los globos oculares quedaron reducidos a nada, halé su lengua hasta arrancarla y la tiré al piso; mi suegra gritaba preocupada y horrorizada ante mi comportamiento, mi hijo Hikaru no podía creer lo que veía, lloraba, me suplicaba a gritos que dejara en paz a su gatito… Pero ya era tarde, llegué decidido a matarlo y eso había hecho, no conforme con ver que el animal ya no respiraba tomé lo que quedaba de su cuerpo y salí al jardín, a mi paso gotas de sangre quedaban en el piso, ni qué decir de mis manos y mi ropa que se había salpicado; ahí encontré las tijeras podadoras que la anciana había utilizado minutos antes, las tomé, me senté en posición de loto y puse al gato en el suelo frente a mí, empecé a cortarlo, primero fue la cola, luego cada una de las patas, lo que quedaba de la cabeza, todo… me había convertido en un carnicero, disfruté mucho cercenarlo, es un placer que aún no puedo olvidar aún con todas las cosas tristes que pasaron después.
3
Pasé por mi casa a cambiarme de ropa, no podía regresar así al hospital, para cuando llegué con mi esposa la vieja ya la había puesto al tanto de mi arrebato con el animal que tantas alegrías nos había dado. Akemi me lanzó una mirada recriminatoria, y me dijo que no había estado nada bien lo que hice, pero no me importó, defendí mi punto pero no logré persuadirla.
La noche había caído, seguíamos en el nosocomio pero queríamos irnos a casa, llevarnos a nuestro hijo y despertar de una vez por todas de esa horrible pesadilla.  Esa noche quise quedarme a acompañar a mi esposa, eran casi las dos de la mañana y yo no podía dormir, así que  fui abajo por un café, me hacía falta, contrario a la mayoría a mí el café me hace dormir… No pasaron ni diez minutos para cuando regresé al doscientos ocho con un vaso de unicel en mano, me llamó la atención encontrar la puerta entreabierta, pasé y lo que vi fue aterrador, instantáneamente el café terminó en el piso…
4
¿Quieren saber más? No vale la pena, es algo triste, mejor ya no les cuento mi trágica vida, de cualquier forma mi martirio no terminará pronto… Está bien, no los dejaré con la historia a la mitad. Continúo.
Entré y quedé estupefacto ante lo que mis ojos vieron…
Sobre la sábana blanca que cubría la cama estaba el consumido cuerpecito de mi Kouki bañado en sangre, tenía heridas en el pecho, en el cuello, en brazos y piernas, sus ojitos se abrieron por última vez y me regalaron una mirada penetrante y tétrica que nunca olvidaré, parecía venir del más allá. Se me revolvió el estómago, fui corriendo al cuarto de baño y saqué todo lo que tenía dentro, el dolor y la repugnancia que sentía hacia el maldito que le había hecho eso a mi hijo, nunca en mi vida me había sentido tan triste. Había olvidado a mi esposa, no estaba en la habitación. Cubrí el cadáver con una cobija que había en el sofá, y salí a avisarle a alguien y a pedir ayuda. Los médicos dijeron no haber visto nada, igual las enfermeras, ¡era imposible que alguien hubiera cometido tal atrocidad con mi pequeño! Se hicieron las diligencias necesarias para que me entregaran el cadáver de mi hijo al día siguiente, ¡era tan grande mi dolor!
Habiéndome calmado un poco llamé a casa de mi suegra para preguntar si mi esposa había ido hacia allá, escuché el timbre en repetidas ocasiones hasta que sonó la grabación del buzón, colgué y volví a marcar… Nada… Decidí ir a buscarla.  Cuando llegué todo estaba en silencio, no había rastro de la vieja ni de mi hijo Hikaru, mucho menos de Akemi; recorrí el mismo camino que había transitado mientras buscaba al gato hacía unas horas, luego de unos minutos llegué a la que había sido la recámara de mi esposa durante sus primeros dieciséis años de vida… Tenía un tapiz rosado, varias mariposas estampadas y había repisas llenas de muñecas por toda la habitación, y ahí en un rincón rodeada de manchas de sangre estaba ella, agazapada, con el terror y la culpa en la mirada repetía sin parar: “Yo no quería hacerlo, pero no había otra salida. ¡No podía soportarlo más!”, me negué a creer lo que acababa de escuchar, había sido ella, mi esposa quien asesinó a nuestro hijo.  ¡Quise matarla! La dejé ahí y salí a buscar a Hikaru, lo llamé a gritos y no respondió, terminé en la recámara de mi suegra, fue impactante lo que vi, mi pequeño yacía en la cama, inmóvil, con sus ojitos cerrados, como si estuviera durmiendo, y al pie de la cama estaba mi suegra ensangrentada, había sido apuñalada brutalmente, ¡quería morirme! Poco después supe que Akemi había sido presa de un episodio psicótico que le destrozó los nervios y provocó que ya no pudiera sobrellevar la enfermedad de nuestro Kouki, terminó asesinándolo en un arranque de locura, no conforme con eso fue a casa de su madre y le dio a beber algo a Hikaru para provocarle la muerte, el niño inocente jamás pensó que su té lo llevaría al más allá, mientras ella se justificó diciendo que para nadie sería la vida igual sin nuestro otro hijo, que no tenía caso vivir así; su madre intentó calmarla cuando se puso mal después de que el niño se tomó el té, empezó a sospechar, pero Akemi tomó un cuchillo de la cocina y le dio varias puñaladas en el abdomen a la anciana, ¡sin duda se había vuelto loca! Yo estaba destrozado, mi vida había cambiado tanto en tan poco tiempo, me corrieron del trabajo, perdí a mis hijos a manos de mi esposa, sí, ¡de esa maldita loca! Pero lo peor no fue eso, sino que en ningún hospital psiquiátrico aceptaron recluirla, habíamos quedado en la calle con todos los gastos del hospital y los funerales, no me quedaba otra opción más que vivir con ella hasta su muerte, o hasta la mía…
5
Han pasado ya varios inviernos desde que eso pasó, y la desgraciada aún sigue respirando, quisiera amanecer y encontrarla muerta, quisiera que de repente un día el demonio se apiadara de mí y viniera por su alma, o por lo menos que mi corazón dejara de latir y Dios me librara de esta terrible condena. Confío… y espero.

domingo, septiembre 04, 2011

Colores...


Hasta siempre!

Eres libre
te dejo ir,
puedes marcharte,
ya nada te retiene aquí...

No haces falta,
no perteneces
a este lugar,
ni a este tiempo...

Te agradezco,
y te animo
a que tu paso
por la vida
esté siempre
lleno de amor.

Domingo descafeinado... (2)

Suspiro...
He terminado mi café, ¡estaba delicioso!
También he terminado de ver la película, ¡me ha encantado!
La historia es muy buena, los paisajes, las crisis de la protagonista, todo lo que aprende en sus viajes por el mundo, las delicias de Roma, su arquitectura, las ruinas, los italianos, el valor de la amistad, la comida,  todo; la espiritualidad de la India, el color, la música, la pobreza impresionante en cada esquina, el trato con las personas, la belleza de Bali, la trama, la excelente actuación de Javier Bardem y Julia Roberts, me gusta mucho su risa, la forma en que se miran, todo lo que logran transmitir, sin duda es una película más que recomendable ("Comer, rezar, amar").

Se está yendo la tarde para darle paso a la noche, la lluvia que amenzaba con llegar temprano parece haberse arrepentido, tal vez nos quiso dar una tregua, fue suficiente con la de ayer, hace calor...

Domingo descafeinado...

Para mí este domingo empezó casi a mediodía... ¡Dormir es tan placentero! Pero lo mejor de todo es que no recuerdo nada de lo que soñé, y eso es bueno, porque cuando recuerdo mis sueños (ésos que tengo mientras duermo) siento como si no hubiera logrado descansar lo suficiente.  Normalmente paso siete horas en la cama, pero lo de hoy fue mucho más, como es el único día que puedo levantarme tan tarde pues lo aprovecho.  Aunque si lo vemos desde otro punto: Es el único día que tengo completo para mí, ¿y qué es lo que hago? Derperdicio la mitad durmiendo.  Dice mi madre "Deja ese sueño, cuando la gente se muere tiene mucho tiempo para estar acostada", y tal vez suene cruel, pero es la verdad.  Lo malo de pasar a la otra dimensión es que tal vez ya no sepamos nada de lo que hay acá, ni escuchemos, ni sintamos, ni veamos; ¡quién sabe!

Decía, a las 11:40 a.m. salté de la cama, di un brinco y, como cada día (y Gracias a Dios!) me levanté con el pie izquierdo, literal.  Hice algunas cosas que no pienso contar aquí... Y después me puse a desayunar, estaba sola, nadie más en casa, mi hermano menor estaba hospitalizado porque le picó un alacrán, mi madre estaba platicando con la vecina de enfrente, mi otro hermano andaba a su trabajo, al igual que mi padre, ¡ah! Y mi hermana en su casa, con su bebé en su megapanza.  Vi un rato la tele, salía un programa sobre cazadores de mitos, me gusta mucho, antes había salido uno de construcción y diseño de casas, ¡me encanta! Pasó un rato y me acerqué a la computadora, la encendí, y para mi sorpresa aún no nos han cortado el internet, como le decía a un amigo, hay que establecer prioridades, y en este momento el internet no es una de ellas, claro, es seguro que me voy a aburrir horriblemente a partir de mañana en las noches, imagínense, ¡sin tele y sin internet! Pero no pasa nada, ya habrá oportunidad de pagarlo.  Estuve un rato en facebook, sí, esa red social que tanto tiempo nos quita, ¡y que tantas cosas divertidas y entretenidas nos brinda! Sin faltar claro, la amistad de las personas importantes, eso es lo que más le agradezco a facebook.  Seguí viendo "Comer, rezar, amar", la tengo empezada desde hace ya varios días, a ver si hoy logro terminarla.  Luego abandoné la máquina para prestársela un rato a mi hermano que ya había regresado del hospital.  Me puse a pintar, el resultado no va como yo quisiera, pero todo tiene solución.  Mientras pintaba escuchaba algo de música de los 80's en inglés... Mi hermano se fue, abandoné la pintura, seguí viendo la película, y heme aquí, contándoles cómo va mi día... Por cierto, se me ha antojado una deliciosa taza de café, voy a poner a hervir el agua.  Ya regreso.

viernes, septiembre 02, 2011

Suspiro

Y así se lleva el viento 
lo que un día trajo...
Se va sin más, 
sin sol y sin mar.

Aquí

Cierro los ojos
para no verte,
ahora dime
¿cómo hago
para no extrañarte?
¿acaso puedo
borrar de mi memoria
todo lo que vivimos?
¿olvidar tus besos?
¿hacer como que nada pasó?


¿Se puede cerrar el alma?
¿se puede borrar la memoria?
Abro los ojos
y mi corazón da un vuelco...
Te llama, te recuerda...
te espera...

viernes, agosto 26, 2011

Al cielo..

El cielo estaba enojado,
se escuchaban sus gritos,
se veía triste y desanimado...
sus lamentos eran desgarradores,
como si la vida lo odiara,
como si los dioses estuvieran molestos...

¿Qué le quedaba?
No había solución,
quedaría en el olvido,
sería sólo un recuerdo...
Nada más.

Su llanto empieza a brotar,
primero suave, lento,
después tupido, ansioso...












viernes, agosto 12, 2011

Historias de la creación del mundo...

Le preguntó el Señor a la mujer:
-¿Qué estás haciendo?
Respondió ella:
-Estoy cuidando la casa.
-No lo hagas -le ordenó el Señor-. Para eso hice al perro.
Días después el Señor le preguntó a la mujer:
-¿Qué estás haciendo?
Respondió ella:
-Estoy cargando un bulto.
-No lo hagas -le ordenó el Señor-. Para eso hice al caballo.
Pasaron unos días, y el Señor le preguntó a la mujer:
-¿Qué estás haciendo?
Respondió ella:
-Una tontería.
-No la hagas -le ordenó el señor-. Para eso hice al hombre.

¡Hasta mañana!

(Armando Fuentes Aguirre "Catón")

¿La visión de un escéptico?

Dicho teológicamente, -préstese atención, pues raras veces hablo yo como teólogo- fue Dios mismo quien, al final de su jornada de trabajo, se tendió bajo el árbol del conocimiento en forma de serpiente: así descansaba de ser Dios... Había hecho todo demasiado bello... El diablo es sencillamente la ociosidad de Dios cada siete días.



Tomado de "Ecce Homo", de Friedrich Nietzsche.

"Háblame de la lluvia"











Háblame de la lluvia
¿Aún viaja oculta en las golondrinas?
¿Ya olvidó que lavó la sangre
...Con un diluvio?

¿Su piel sigue siendo tersa,
Todavía ríen sus ojos grises?
¿Es zurda,
Con que dios comulga,
Aún colecciona perlas,
Sigue saliendo sola?

Recuerdo
Que era cóncava como el tiempo
Y espigada como las noches africanas.
Ella, solía encender velas amarillas
Y evitaba tropezarse con gatos negros.

¿La invitas a tu alma
O se filtra por las grietas de la tristeza?
¿Te abraza cuando lloras?Háblame de la lluvia
¿Llora por casi nada?
¿Todavía me recuerda?


SERGIO ANTONIO CHIAPPE.
Bogotá.

"Sal con una chica que no lee"

Sal con una chica que no lee. Encuéntrala en medio de la fastidiosa mugre de un bar del medio oeste. Encuéntrala en medio del humo, del sudor de borracho y de las luces multicolores de una discoteca de lujo. Donde la encuentres, descúbrela sonriendo y asegúrate de que la sonrisa permanezca incluso cuando su interlocutor le haya quitado la mirada. Cautívala con trivialidades poco sentimentales; usa las típicas frases de conquista y ríe para tus adentros. Sácala a la calle cuando los bares y las discotecas hayan dado por concluida la velada; ignora el peso de la fatiga. Bésala bajo la lluvia y deja que la tenue luz de un farol de la calle los ilumine, así como has visto que ocurre en las películas. Haz un comentario sobre el poco significado que todo eso tiene. Llévatela a tu apartamento y despáchala luego de hacerle el amor. Tíratela.

Deja que la especie de contrato que sin darte cuenta has celebrado con ella se convierta poco a poco, incómodamente, en una relación. Descubre intereses y gustos comunes como el sushi o la música country, y construye un muro impenetrable alrededor de ellos. Haz del espacio común un espacio sagrado y regresa a él cada vez que el aire se torne pesado o las veladas parezcan demasiado largas. Háblale de cosas sin importancia y piensa poco. Deja que pasen los meses sin que te des cuenta. Proponle que se mude a vivir contigo y déjala que decore. Peléale por cosas insignificantes como que la maldita cortina de la ducha debe permanecer cerrada para que no se llene de ese maldito moho. Deja que pase un año sin que te des cuenta. Comienza a darte cuenta.

Concluye que probablemente deberían casarse porque de lo contrario habrías perdido mucho tiempo de tu vida. Invítala a cenar a un restaurante que se salga de tu presupuesto en el piso cuarenta y cinco de un edificio y asegúrate de que tenga una vista hermosa de la ciudad. Tímidamente pídele al mesero que le traiga la copa de champaña con el modesto anillo adentro. Apenas se dé cuenta, proponle matrimonio con todo el entusiasmo y la sinceridad de los que puedas hacer acopio. No te preocupes si sientes que tu corazón está a punto de atravesarte el pecho, y si no sientes nada, tampoco le des mucha importancia. Si hay aplausos, deja que terminen. Si llora, sonríe como si nunca hubieras estado tan feliz, y si no lo hace, igual sonríe.

Deja que pasen los años sin que te des cuenta. Construye una carrera en vez de conseguir un trabajo. Compra una casa y ten dos hermosos hijos. Trata de criarlos bien. Falla a menudo. Cae en una aburrida indiferencia y luego en una tristeza de la misma naturaleza. Sufre la típica crisis de los cincuenta. Envejece. Sorpréndete por tu falta de logros. En ocasiones siéntete satisfecho pero vacío y etéreo la mayor parte del tiempo. Durante las caminatas, ten la sensación de que nunca vas regresar, o de que el viento puede llevarte consigo. Contrae una enfermedad terminal. Muere, pero solo después de haberte dado cuenta de que la chica que no lee jamás hizo vibrar tu corazón con una pasión que tuviera significado; que nadie va a contar la historia de sus vidas, y que ella también morirá arrepentida porque nada provino nunca de su capacidad de amar.

Haz todas estas cosas, maldita sea, porque no hay nada peor que una chica que lee. Hazlo, te digo, porque una vida en el purgatorio es mejor que una en el infierno. Hazlo porque una chica que lee posee un vocabulario capaz de describir el descontento de una vida insatisfecha. Un vocabulario que analiza la belleza innata del mundo y la convierte en una alcanzable necesidad, en vez de algo maravilloso pero extraño a ti. Una chica que lee hace alarde de un vocabulario que puede identificar lo espacioso y desalmado de la retórica de quien no puede amarla, y la inarticulación causada por el desespero del que la ama en demasía. Un vocabulario, maldita sea, que hace de mi sofística vacía un truco barato.

Hazlo porque la chica que lee entiende de sintaxis. La literatura le ha enseñado que los momentos de ternura llegan en intervalos esporádicos pero predecibles y que la vida no es plana. Sabe y exige, como corresponde, que el flujo de la vida venga con una corriente de decepción. Una chica que ha leído sobre las reglas de la sintaxis conoce las pausas irregulares –la vacilación en la respiración– que acompañan a la mentira. Sabe cuál es la diferencia entre un episodio de rabia aislado y los hábitos a los que se aferra alguien cuyo amargo cinismo countinuará, sin razón y sin propósito, después de que ella haya empacado sus maletas y pronunciado un inseguro adiós. Tiene claro que en su vida no seré más que unos puntos suspensivos y no una etapa, y por eso sigue su camino, porque la sintaxis le permite reconocer el ritmo y la cadencia de una vida bien vivida.

Sal con una chica que no lee porque la que sí lo hace sabe de la importancia de la trama y puede rastrear los límites del prólogo y los agudos picos del clímax; los siente en la piel. Será paciente en caso de que haya pausas o intermedios, e intentará acelerar el desenlace. Pero sobre todo, la chica que lee conoce el inevitable significado de un final y se siente cómoda en ellos, pues se ha despedido ya de miles de héroes con apenas una pizca de tristeza.

No salgas con una chica que lee porque ellas han aprendido a contar historias. Tú con la Joyce, con la Nabokov, con la Woolf; tú en una biblioteca, o parado en la estación del metro, tal vez sentado en la mesa de la esquina de un café, o mirando por la ventana de tu cuarto. Tú, el que me ha hecho la vida tan difícil. La lectora se ha convertido en una espectadora más de su vida y la ha llenado de significado. Insiste en que la narrativa de su historia es magnífica, variada, completa; en que los personajes secundarios son coloridos y el estilo atrevido. Tú, la chica que lee, me hace querer ser todo lo que no soy. Pero soy débil y te fallaré porque tú has soñado, como corresponde, con alguien mejor que yo y no aceptarás la vida que te describí al comienzo de este escrito. No te resignarás a vivir sin pasión, sin perfección, a llevar una vida que no sea digna de ser narrada. Por eso, largo de aquí, chica que lee; coge el siguiente tren que te lleve al sur y llévate a tu Hemingway contigo. Te odio, de verdad te odio.

Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca.

Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.

Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.

Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella.

Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace.

Por lo menos tiene que intentarlo.

Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo.

Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.

¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la saga Crepúsculo.

Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.

Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.

Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.

Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee.

O mejor aún, a una que escriba.

(Charles Warnke)

"La ciudad de los cajones"

Hizo bien Dalí al llamar así a esta maravillosa obra suya... ¿Qué es el cuerpo humano si no una ciudad de cajones? Sí, una ciudad de cajones donde cada uno va acumulando cosas, rencores, amores, desilusiones, alegrías, llantos, dolor, recuerdos, y todas esas cosas con las que en algún momento de nuestra vida nos toca estar de frente... no obstante es responsabilidad y derecho nuestro vaciar los cajones de las cosas negativas y llenarlos con las cosas bonitas que nos toca vivir, a veces puede parecer que esos cajones están medio vacíos, pero ya viéndolos bien hasta allá hasta el fondo siempre hay algo que vale la pena, hagamos el esfuerzo para disfrutar esas pequeñas cosas de la vida y llenar los cajones de nuestra ciudad personal con sentimientos positivos y experiencias llenas de amor.

Dos...


"Quiero ser en tu vida"

Quiero ser en tu vida
Algo más que un instante,
Algo más que una sombra
Y algo más que un afán.

Quiero ser, en ti misma,
Una huella imborrable
Un recuerdo constante
Y una sola verdad.

Palpitar en tus rezos
Con temor de abandono.
Ser, en todo y por todo,
Complemento de ti.

Una sed infinita
De caricias y besos;
Pero no una costumbre
De estar cerca de mí.

Quiero ser en tu vida
Una pena de ausencia
Un dolor de distancia
Y una eterna ansiedad.

Algo más que una imagen,
Y algo más que el ensueño
Que venciendo caminos,
Llega, pasa y se va.

ser el llanto en tus ojos,
Y en tus labios la risa.
Ser el fin y el principio,
La tiniebla y la luz,

Y en la tierra, y el cielo;
Y en la vida y la muerte.
Ser, igual que en mi vida,
Has venido a ser tú. 
 
(Un poema de Martín Galas)

jueves, julio 28, 2011

Camino...

Eso es a vida, recorrer caminos, a diario, siempre, ir, venir, permanecer...

Bellas imágenes...

 Nada como un hermoso amanecer que nos brinda una nueva oportunidad cada día, y el atardecer que nos recuerda que mañana vendrá otro día para disfrutar y para aprovechar.  Bellos paisajes!

A disfrutarlo!

http://trovadito.es.tl/

Un espacio de buena música...

lunes, julio 18, 2011

martes, julio 05, 2011

El castillo ambulante

http://www.cuevana.tv/peliculas/3865/hauru-no-ugoku-shiro/

Una excelente película animada japonesa... no me canso de verla!

sábado, julio 02, 2011

Molinos...

Rato de ocio...

1. Tienes otro nombre? No.
2. Cuál fue una de tus materias favoritas en la escuela? El taller de pintura!
3. Cuál es tu bebida favorita? Leche helada.
4, Cuál es tu tema favorito al momento? "Vienes con el sol", de Silvio Rodríguez.
5. Cuál serían los nombres de tus hijos en el futuro? Se me ocurren tantos!
6. Practicas algún deporte? No, los deportes no se hicieron para mí.
7. Libro Favorito? Muuuuuchos! Amo leer!
8. Color favorito? Rojo.
9. Animal Favorito? Me gustan mucho las mariposas, los animales marinos, y las aves.. y las jirafas, los perritos, los gatitos, todos!
10. Perfume favorito? Ninguno.
11. Hablas algun otro idioma? No.
12. Tienes hermanos? Sí.
13 Cual es tu tienda favorita? La tienda donde venden libros, pinturas, pinceles, hilos!
14. Producto de belleza? Cuentan las pinturas de las uñas?
15. Favorita serie de tv? Extreme MakeOver Home Edition.
16. Que tan alta eres? 1.60 m.
17. Youtube? or blog? Los dos.
18. Algo que odies: La mentira.
19. Algo que jamás cuentas: No puedo decirlo, es un secreto.
20. Comida favorita? Sushi! Tacos! Hamburguesa!

Lluvia...


Son casi las cinco de la tarde, afuera puede verse el enorme cielo azul salpicado de nubes blancas de algodón, algún pájaro desorientado surca el horizonte, el viento va y viene lento, lento como el andar de una tortuga… Pasan los minutos y una parte del cielo se vuelve oscura, las nubes amenazan con reventar y bañarnos con su delicioso fruto, el calor se siente intensamente, de repente la claridad del cielo decide irse, se puede escuchar la voz susurrante del viento entre los árboles, volteo la mirada hacia las casas, las personas empiezan a cerrar las ventanas, las madres llaman presurosas a sus hijos, los perros buscan un lugar para guarecerse.  Regreso mis ojos hacia lo alto.  El cielo grita desesperado, algunas nubes huyen, las que se quedan lo hacen sólo para explotar y liberar su pesada carga, misma que causa tanto bienestar en los que vivimos acá abajo… Primero una gota, luego dos, luego cientos... Ya son miles por segundo… El agua empieza a correr en pequeños ríos, alguna gallina despistada corre seguida por sus pollitos que ya están empapados, el perro está echado tranquilamente, con la cabeza sobre las patas delanteras, viendo la lluvia, viendo pasar el tiempo… Viendo cómo el calor se va por unos minutos, para después regresar con más intensidad… 
 
Las gotas caen, los pajaritos cantan, el sol se esconde, la oscuridad se va… La vida pasa, tan extraordinaria y tan común como siempre! Con esas pequeñas novedades que nos hacen apreciarla más cada día! Con esos significativos detalles tan simples y tan grandes! Con esas ganas de hacernos notar que no todo está perdido y que tenemos tantas cosas buenas para disfrutar! Así es la lluvia, un bálsamo para el alma, una cortina de agua que nos limpia por dentro y por fuera en tan sólo unos minutos, algo que nos devuelve la paz interior y nos hace evocar tantas cosas bonitas que hemos vivido! Nos trae recuerdos, anhelos, nostalgia, deseos… Quién lo diría! Abre tu corazón y tu mente y sé capaz de disfrutar algo tan sencillo y tan positivo… Las pequeñas cosas son las que más huella dejan en nuestra vida, y las que, al final, más recordamos.

jueves, junio 16, 2011

Él..

Pasaron los años y su corazón aún late por él, lo mira y se pone nerviosa, le tiembla la voz, sus piernas pierden fuerza, el corazón se le acelera, los colores se le suben al rostro, signos claros de su amor... él ahí, distante, lejano, frío... frío mientras ella arde en deseos de tenerlo a su lado, besarlo y abrazarlo para no soltarlo nunca...

martes, mayo 10, 2011

¿Qué es estar enamorado?

Eso de estar enamorado son una bola de cosas juntas, tontería y media... cosas bonitas, y otras no tanto, felicidad, sufrimiento, aprendizaje al fin. O al menos eso dicen. Los optimistas y poetas hablan del amor como lo mejor que pueda existir en el mundo, los amargados y escépticos dicen que sólo causa llanto... tal vez los dos tengan la razón, no puede haber día sin noche, ni oscuridad sin luz...


Yo mejor no opino, de cualquier forma las cosas se sienten, existen, son... y están. Y es difícil que se vayan... para bien o para mal.

Ya vienes...


Cualquiera diría que es tarde, pero aún te espero... no tengo prisa.

El tiempo pasa... y yo sigo aquí, esperándote... sé que no tardas.

No me hagas perder la esperanza...


Ella, siempre madre...

Vi a un niño entregarle un ramo de flores a su mamá, se le notaba la felicidad en el rostro!

Vi a una joven regalarle unas hermosas flores a su mamá, la señora se puso feliz!

Vi a una mamá emocionada abriendo su regalo, la felicidad se reflejó en su cara!

Vi a muchas familias festejando a las mamás, las llevaron a comer, las libraron del quehacer doméstico por un rato, las señoras estrenaron ropa, se pusieron maquillaje, se pintaron las uñas, y hasta usaron zapatillas!

Pero también vi a una señora que vestía de luto, tenía los ojos llorosos por la reciente pérdida de su madre, por más que intentó no pudo ponerse feliz y disfrutar con sus hijos... la melancolía la atacó... el recuerdo, la nostalgia, el dolor... la añoranza.

Vi también a muchas personas en la plaza comprando flores para llevarles a las mamás que ya no están en este mundo, ellas están lejos y cerca... olvidadas tal vez los otros 364 días del año, pero la mayoría son recordadas hoy... un día es mejor que nunca.

Y pensar que hay tantos hijos disgustados con sus madres! Que gastan la vida en rencores, diferencias, separaciones, pérdida de tiempo y de amor... ojalá cuando abran los ojos no sea demasiado tarde... el tiempo no regresa, ni espera por nadie... la vida es ahora, si no la aprovechas no habrá otra oportunidad, ni otro momento para coincidir...

sábado, mayo 07, 2011

Regresé!

Amigos!
Tiempo sin venir por acá... aunque, bueno, al parecer mis cuatro lectores no han notado mi ausencia...
He tenido unos días largos, después de las vacaciones de semana santa las cosas se han puesto diferentes... en el trabajo todo va bien, en casa igual, y mi vida personal pues también, nada extraordinario que contar...
Bueno, me ha pasado desde dolores de pies a causa de los zapatos nuevos hasta cansancio en las manos de tanto pintar!
Pero ya mañana le seguiré.... como que se me fue la inspiración...

Hasta la próxima!

domingo, abril 17, 2011

Semana Santa

Para algunos el viernes pasado fue el día que dio paso a las vacaciones, ya están haciendo los trámites para irse a pasar una semana en la playa, o ya se fueron desde el jueves... dijeron adiós a la escuela al menos por dos semanas... la playa los llama, el sol, la arena, el alboroto, y lo que menos se ve es el descanso. Y claro, para ellos no es importante el verdadero significado de las fechas, se acuerdan de todo menos de ir a la iglesia. Yo no soy de los que acostumbran hacer eso, para mí nunca ha sido una prioridad. Creo que en el trabajo tendré libres jueves, viernes y sábado... y claro, regresar al trabajo el lunes.

En pocos días el pueblo se verá prácticamente vacío... es casi "como si hubieran pegado los indios", se escucha el sonido del viento, se siente la brisa de la playa, el sol quema, todo está callado... ambiente propio de la época.

Demás está decir que no voy a la iglesia, supongo que hay misa todos estos días, en la televisión no dejan de pasar cosas relacionadas con "La pasión de Cristo", una representación que hacen en un lugar de la capital del país con muchos años de tradición y millones de visitantes, dicen que aquí también hacen algo parecido aunque nunca me ha tocado presenciarlo.

Y así es como pasan los días santos acá... ya les contaré con detalle más adelante.

Hasta pronto!

domingo, abril 03, 2011

Se acabó el domingo!!!

Este día ha sido laaaaaaaaaaaaargo, empezando por el bendito horario de verano... si, ya sé que tiene muchos beneficios, pero a nivel macro será.

Son casi las nueve de la noche... ya no hace calor, además de lo largo del día fue caluroso, monótono, raro, flojo.. bueno, no tan flojo, pinté algo, cociné, lavé platos, lavé platos y lavé platos...

Ya no tengo ganas de pintar, ni ver la tele... hoy vi una pelicula ("Los miserables") y me encantó! Mmmm... prepararé la cena y dormiré temprano.. espero.

Feliz domingo!

sábado, abril 02, 2011

Felices vacaciones!

El lunes pasado fue mi primer día de 'vacaciones'.
Las pedí para ayudar en casa porque a mi madre le practicaron una colecistectomía... traducido: le extirparon la vesícula biliar... tenía algunos meses con molestias a causa de los cálculos (piedras) biliares... la cirugía fue el lunes 28/03... Pasé un día allá con ella en el hospital, pero no me quedé a dormir ahí... después de un día entero de dolor ya está bien, recuperándose, cuidándose de no hacer ningún movimiento brusco ni que conlleve esfuerzo físico. Les cuento que el médico le dio la vesícula en un botecito para que se la llevara de recuerdo... yo la agarré, la abrí y le saqué las 'piedras'... eran 13! Con razón le dolía! Me sorprendió la forma que tenían, el color y la textura. Pero, bueno, eso ya pasó.
Les decía que mis vacaciones no han sido precisamente unas vacaciones normales, bueno, nunca salgo a pasear o a pasar una semana en casa de alguna amiga o algún familiar, pero por lo menos me servían para levantarme un poco tarde... pero ahora, con esto de que me ha tocado hacerla de ama de casa tengo que levantarme a las 7am o antes, cocinar el desayuno para mi hermano y para mi padre (y para mí, claro), paso el día lavando platos, haciendo los quehaceres domésticos, lavo la ropa, plancho, en un rato se llega la hora de la comida, y ahí voy otra vez a cocinar! Y luego, a seguir lavando platos! En dos segundos toca hacer la cena... eso de ser ama de casa es difícil, siempre he valorado el trabajo de mi madre, pero ahora que me toca hacerlo a mí, más!
Paso algún tiempo en internet, leyendo cosas interesantes, platicando con amigos, pero no me he dado el tiempo para terminar de pintar unos cuadros pendientes, el calor no ayuda en nada... Tengo también algunos libros empezados, unas cosas perdidas pendientes de encontrar, y no sé qué más...
El próximo miércoles regreso al trabajo... ¿que si lo he extrañado? Mmm.... pues.... yo creo que no. ¿Que si mis compañeras me han extrañado? Espero que sí, y si no, pues no hay problema. Ah! El pasado martes fui al dentista, no fue precisamente muy placentera la visita, pero lo mejor de todo es que ya no me duele nada, en lo más mínimo, y que sólo me falta ir una vez y ya! Asunto terminado.
Bueno, me voy ya, el calor está causando efecto... tengo sed... estoy sudando, me tiemblan las piernas, (no, no estoy enamorada)... digo, no me tiemblan las piernas, tengo una molestia en un dedo... ya me iba.

Hasta la próxima!

Mis nuevos amigos...

En los últimos meses he tenido la oportunidad de conocer a personas muy agradables; tengo una nueva amiga que me cae bastante bien, es una persona muy centrada, comprensiva, amorosa, llena de motivación, con toda la energía del mundo, con todas las ganas de apoyar a quien lo necesite, muy buena madre y esposa, irradia entusiasmo, derrama miel y amor por todas partes, seguro en su familia la adoran! Porque los amigos que tiene en Facebook se nota que la tienen en un gran concepto, digo, la tenemos, es una de esas personas a las que da gusto encontrarse en la vida. Gracias, Vivi, por ser así, y por existir.
Además de ella, he encontrado también a su esposo, Paco, es un hombre realmente divertido, inteligente, trabajador, directo y culto, él y Vivi son la pareja perfecta.
He tenido la suerte, también, de encontrar a Toño, un señor muy amable, divertido, amante de la buena música y encantado con los búhos.
También está Héctor, muy buena persona, sincero, apasionado con la política, y de plática muy entretenida.
Xing, es decir, Martín, más que apasionado con la política y con el tema de los zetas, divertido, capaz de sostener una plática bien argumentada.
Laura, una mujer muy sincera, optimista, sensible y luchadora.
Ademir, un hombre muy sensible, cariñoso, inteligente, positivo, amigable.
Ana, una señora muy tierna, cariñosa, buena madre y consentidora abuela.
Carlos, crítico, directo, agradable, simpático.

Gracias a todos por brindarme su amistad, su tiempo y sus interesantes pláticas. De verdad los aprecio mucho.

Abrazos!

jueves, marzo 31, 2011

Quiero soñar...

Los grillos cantan... La noche está aquí... El calor se ha ido... Una mosca no me quiere abandonar... Todo está en calma... Mis ojos se quieren cerrar... el sueño empieza a llegar... Quiero dormir... soñar... Soñarte.

miércoles, marzo 23, 2011

Una bella canción para cerrar el día...

Como yo te amé
Jamás te lo podrás imaginar
Pues fue una hermosa
Forma de sentir
De vivir, de morir
Y a tu sombra seguir
Así yo te amé

Como yo te amé
Ni en sueños te lo podrás imaginar
pues todo el tiempo, te pertenecí
ilusión no sentí
Que no fuera por ti
Así es como te amé

Como yo te amé
Por poco o mucho tiempo
Que me quede por vivir
Es verbo que jamás
Podré volver a repetir
Comprendo que fue una
Exageración
Lo que yo te amé

Como yo te amé
No creo que algún día
Me lo quieras entender
Tendrías que enamorarte
Como yo lo hice de ti
Para así saber
Cuánto yo te amé...

"Como yo te amé", Susana Zabaleta
http://www.youtube.com/watch?v=mod9UBH4NmM


lunes, marzo 14, 2011

He descubierto dos cosas...

Estas últimas dos semanas me ha tocado vivir días nada agradables... es de asombrarse que una simple muela pueda causar tanto dolor, ha sido horrible! Dos noches se me escapó el sueño por la ventana, hasta que, por el mismo dolor, me pude quedar dormida. Hasta llegué al llanto! Está difícil para que algo me haga llorar, pero esta insignificante muela lo ha logrado, y no una, sino dos veces! Es muy feo vivir eso, quienes lo han experimentado seguro me entienden, bien dicen que no hay en la vida algo más molesto que un dolor de muelas! Y lo peor: Las pastillas que sirven dizque para aliviar el dolor, causan sueño.



El sábado pasado pasé todo el día adormilada, fue como si no fuera dueña de mi cuerpo, estuve a dos segundos de quedarme dormida en mi escritorio, no sé cómo pude aguantar hasta las 5:40pm que caí en mi cama y ya no pude abrir los ojos hasta las siete de la mañana del domingo, sí que dormí! No voy a decir que es la primera vez que duermo más de doce horas porque estaría mintiendo. Luego, medio desperté, medio desayuné, medio pinté algo, medio leí un libro, hasta que ya no pude más y volví a dormir... y eso que ya no había tomado esas pastillas. No pude ni comer, me sentía atontada, rara, (bueno, rara soy, pero me refiero a otro tipo de rareza)... El día me pareció eterno, es el domingo más largo que me ha tocado vivir!

Como decía al principio, he descubierto dos cosas, la primera:

- Las consecuencias del dolor de muelas se pueden confundir con la depresión.

¿Que por qué lo digo? Es fácil: No dan ganas de hacer nada, se pierde la voluntad, se escapa el hambre, no dan ganas de salir, ni de de cambiarse de ropa, ni de hablar, ni de ver a nadie, ni de peinarse, da sueño, dan ganas de llorar.

Y la segunda:

- La rutina puede ser positiva.

¿El motivo? Hoy, al despertar pensé: "Gracias a Dios es lunes!". Vuelvo a la rutina habitual, levantarme, prepararme para venir a trabajar, ver en el camión a las mismas personas, ver en la oficina a los mismos compañeros, con una diferencia: Hoy trabajaré hasta las 4pm porque tengo cita con el dentista, tengo miedo!!!! Envíenme su buena vibra para que todo salga bien y mis lágrimas no salgan durante la consulta, pero es mejor pasar por eso de una vez que volver a sufrir todo lo que les conté anteriormente, por suerte ahora el dolor es menor, casi ni se siente, pero no me ha abandonado por completo, ¿tan difícil es separarse de mí?

lunes, febrero 28, 2011

Es tarde, ¿por qué no llegas?

Pronto amanecerá y el sol nos bañará con su luz, mis sueños se han escapado, te los has llevado con tu partida… necesito tu presencia, te necesito aquí a mi lado… tengo sed, afuera hace frío… ven, no permitas que mis ansias aumenten.

Salió el sol, el día ha empezado… y sigo esperándote.

Cantan los pájaros, las hojas danzan, el viento trae un murmullo, pero no logro entender lo que dice, es como si hablara de ti… y de mí. Cuéntame tu secreto, confía.

Las horas pasan, la vida se acaba en cada suspiro, se escapa como el aire, como el tiempo…

Mi corazón te llama, pero no escucho tu respuesta, ¿será que no has hablado?, ¿será que no quieres oírme?... el corazón no entiende, sólo siente, ama sin importarle si es correspondido o no, es difícil arrancarte de mí… ven, te estaba esperando, acércate, abrázame, no me dejes, bésame…
¿Te vas? ¿Por qué tan pronto? No te vayas, quédate aquí, conmigo. Ven, ¿oyes eso?, es mi corazón pidiéndote que no te vayas, ¿lo sientes? Mi cuerpo entero vibra por ti, mis labios arden en deseos de volver a tocar los tuyos, ámame.

Quería estar a su lado, la amaba demasiado, pero no era capaz de decírselo, algo se lo impedía.

Dio la vuelta y se marchó.

La dejó bañada en llanto, añorándolo, esperándolo, sufriéndolo.

viernes, febrero 25, 2011

*

Rutina...

El tiempo se me ha ido en nada...

He abandonado un poco este espacio, no es lo mismo subir frases que darme el tiempo para escribir aunque sea tres renglones...

Los días han pasado lentamente... la rutina es prácticamente inalterable... y aún así se aprende algo nuevo a diario, personas van, personas vienen, todo cambia.

Es raro ver a las mismas personas todos los días en el camión,
en la calle,
la señora que barre el frente de su casa y que apenas me responde los buenos días,
el tío que me grita desde la otra esquina "¡Buenos días!",
el anciano al que me encontraba a diario cuando él iba cruzando la calle directo hacia la tortillería (y que ya no podrá hacerlo porque se fue de este mundo la semana pasada),
el cuarentón con ropa deportiva que a diario hace ejercicio,
la señora con el cabello desteñido barriendo en casa ajena,
los trabajadores del servicio de recolección de basura entrando a desayunar en el lugar de siempre,
la señora de la tortillería viendo con atención a todo el que pasa por la calle,
jóvenes que van a la universidad con la mirada más somnolienta que yo,
el perro que siempre me ladra al verme pasar, es como si deseara comerme a mordidas, lentamente y sin prisa...
el mismo anciano sentado en una banqueta, con su bicicleta al lado, leyendo el periódico, (hoy me respondió los buenos días, y hasta me dijo "Que le vaya bien"),
el cartero que me conoce desde siempre, y me responde "Buenos días, Angélica!"
la señora de la tienda que me grita al verme pasar "Adiós, guapa!"
Todo pasa, y todo queda... como dice la canción.

*Siempre estás aquí, a mi lado, aunque no te pueda ver.

miércoles, febrero 23, 2011

miércoles, febrero 09, 2011

domingo, febrero 06, 2011

Amores imposibles...




¿Por qué tienen que existir los amores imposibles?
-¿Para hacer que las personas sufran?
-¿Para darle "sabor" a la vida?
-¿Para aprender a valorar lo que tenemos?
-¿O sólo porque sí?

viernes, enero 28, 2011

jueves, enero 27, 2011

miércoles, enero 19, 2011

martes, enero 04, 2011

¿Que si los Reyes Magos existen?

Hace rato un amigo en Facebook me dijo: "Angie... pobrecita de ti, creo que por eso tus papás tuvieron que entrarle al ruedo, pero algún día, creo que pronto, los Reyes Magos te darán una sorpresa. Te lo prometo. Sólo aprende a escribir bien dentro de ti para que puedan leer tu corazón a renglón corrido. Un enorme abrazo." y todo porque le dije que no creía en los Reyes Magos... ¿qué culpa tengo?... las cosas religiosas como esa o como otras que no se me antoja tratar me causan incomodidad... ¿que si existen o existieron o ninguna de las dos cosas? qué me importa! Nunca fui una niña como las demás, tuve una infancia tranquila y feliz, pero eso no significó que cada seis de enero saliera corriendo a buscar en mi zapato algún regalo que los reyes hubieran dejado ahí para mí, no sé, tal vez me faltó esa inocencia, o esa chispa de ternura que ha de inspirar un niño que aún cree que Santaclós y los reyes magos existen y que el 25/12 y el 06/01 de cada año les dejan un regalo como premio por su buen comportamiento durante todo el año, quién sabe! tal vez si algún día tengo hijos les inculque la fe hacia esos personajes, o tal vez desde chicos "les mate la ilusión", como sea, nunca me han traído nada, y no van a empezar a esta altura del partido. Mejor me voy a dormir.

Hasta mañana!